El oficio de ilustrador siempre se ha visto supeditado al del autor al que acompaña. Todos sabemos, más o menos, quién escribe un libro, pero en muy pocas ocasiones podemos ver quién es el responsable de sus dibujos. Esta profesión cuenta, además, con grandísimos artistas de la pintura, los esbozos y los bosquejos… y un buen puñado de ellos son, precisamente, de Valladolid.
Es el caso de Jesús Aguado. El dibujante ha funcionado a menudo como colaborador de distintos libros de texto escolares, ha trabajado para toda clase de sellos editoriales y se ha convertido en promotor de distintos programas de fomento de la lectura para los más pequeños. Además, entre su haber cuenta con obras como Con las botas puestas, El niño que comía palabras o La historia del bufón Alegre Contador.
Entre sus últimos proyectos destaca el erigirse como principal responsable de hacer atractivo a los más pequeños una versión adaptada de El camino de Miguel Delibes. Bajo el título Mi primer Delibes, Aguado ilustra la célebre historia de la salida del pueblo de Daniel el Mochuelo a la ciudad, en una metáfora de su paso a la madurez y del punto de vista rural opuesto a la perspectiva urbana, dos conceptos frecuentes en la trayectoria narrativa del autor de Las ratas, Los santos inocentes y El príncipe destronado.
Roque el Moñigo, Germán el Tiñoso, Uca-uca, Quino el Manco, Lola la Guindilla… todos los personajes clave de este clásico literario contemporáneo vienen retratados para que los más jóvenes tomen contacto con el inimitable universo de Delibes, uno de los autores vallisoletanos más importantes de los últimos tiempos. Editado por Lunwerg y Destino, la obra es una adaptación de Mariano Veloy que cuenta además con la aprobación de la familia del autor de El hereje. Gracias al apoyo de la Fundación Villalar de Castilla y León, este libro se enmarca en una colección que incluye a otros grandes escritores como Antonio Machado, Miguel de Unamuno o Jorge Manrique.