Refresco lingüístico de la semana

Habrá quien se lleve un disgusto o cuando menos una… “sorpresa”. La palabra impás no existe. La utilizamos oralmente, sí; pero a lo mejor no sabemos que lo que estamos diciendo, trasladado al papel, se escribe impasse. Y, como es una voz francesa, debemos transcribirla siempre en cursiva o, si todo el texto está en cursiva, entrecomillada.

Un impasse es una situación de imposible resolución o en la que no se produce ningún avance. En español podemos sustituirlo por “callejón sin salida” o “punto muerto”

                      Definitivamente, estamos en un “impasse”. La negociación ha fracasado.

                                                                                           =

                     Definitivamente, estamos en punto muerto. La negociación ha fracasado.

Y ¡ojo!: no debemos confundir impasse con “compás de espera”(…confieso que yo lo hago).

El “impasse” hasta la toma de posesión elecciones está generando mucha inestabilidad e indefinición.

El compás de espera hasta la toma de posesión está generando mucha inestabilidad e indefinición.

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