Aunque se nos haga raro (y no terminemos de “atrevernos”), la Ortografía española es meridianamente clara respecto al uso de mayúscula inicial en los tratamientos, cargos, dignidades y distinciones. Todas estas cosas se transcriben –siempre– con minúscula excepto que con ellas comience una oración o que se consignen en abreviatura.
¡Venga, valiente! Y el que se pique, ajos coma. La Academia te respalda…