Cristina Morató destaca de ‘Lola Montes’ su carácter emprendedor y su fuerza de voluntad

La labor como escritora de Cristina Morató ha descubierto al público la figura de mujeres que rompieron con los estereotipos de su época y emprendieron aventuras por territorios sin explorar. La última de ellas, Lola Montes, una irlandesa que se sumió en la identidad de exótica bailarina española para triunfar en los principales teatros europeos, dar el salto a América y ganarse la vida.

Al margen de su condición de Lola Montes como cortesana, como amante de Luis I de Baviera, Morató destacó ayer en un encuentro durante la Feria del Libro de Valladolid, que fue “una de las grandes aventureras del siglo XIX”. “Estamos hablando de una época en la que las mujeres no eran dueñas de sus vidas y los límites casi siempre eran las cuatro paredes de su casa. Es una mujer que desde su Irlanda natal recorre buena parte de la India colonial, toda Europa, y luego da prácticamente la vuelta al mundo, en el siglo XIX y sola”, la describió. Y más que además de “manipuladora, egocéntrica y con un carácter terrible”, la periodista resaltó su espíritu emprendedor y su fuerza de voluntad terrible que le permitieron triunfar “en todo lo que se propuso”.

Cristina Morató profundizó en la figura de Lola Montes durante el encuentro literario que mantuvo en conversación con la periodista Victoria M. Niño, donde también repasaron sus anteriores obras como ‘Viajeras intrépidas y aventureras’, ‘Las reinas de África’, ‘Las damas de Oriente’ o ‘Cautiva en Arabia’.

En su último libro, Cristina Morató vuelve a descubrir una de esas pioneras en el mundo de los viajes, en épocas donde la mujer lo tenía todo en contra para iniciar una faceta de exploradora. “Trato de recuperar del olvido figuras femeninas de siglos pasados porque creo que hay un puñado de mujeres injustamente olvidadas por la historia y que han caído en el olvido. Me interesa rescatarlas porque eran pioneras en un mundo de hombres”, expresó.

La periodista destacó su admiración por “las viajeras de antaño” porque eran “unas temerarias” sin importarles los prejuicios de la época: “Una viajera en el siglo XIX, además de subversiva era calificada de fea, inmoral y marimacho. Y hasta la propia familia lo consideraba inaceptable. Enfrentarse a todo esto solas me parece admirable”, expresó.

Morató ya piensa en nuevos personajes para futuras publicaciones dentro de ese grupo de las pioneras como una forma de descubrirlas para el gran público pues a su juicio “hasta ahora la literatura de viajes era muy masculina y yo me alegro que por el éxito que tuvieron estos libros míos, las editoriales se animaran a publicar libros de viajes de estas mujeres”.

La periodista puso de relieve que esas pioneras lo tuvieron mucho más difícil que las viajeras actuales, aunque también lamentó que hoy día todavía hay mujeres que realizan hazañas muy importantes que pasan desapercibidas. Entre estos casos citó el de Chus Lago, que recientemente cruzó la Antártida en solitario tirando de un trineo y apenas quedó reflejado.

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