A veces la fuerza de la costumbre nos juega malas pasadas: tendemos a dar por bueno algo y, sin más, comenzamos a utilizarlo. Fíjate en esto:
Me dio tal empujón que me estampanó contra la pared.
Me dio tal empujón que me estampó contra la pared.
Ese chubasquero es de pichiglás.
Ese chubasquero es de plexiglás.
¡Qué estropicio, menuda picia(1); la pared estaba recién pintada!
¡Qué estropicio, menuda pifia, la pared estaba recién pintada!(2)
(1) La RAE ha anunciado que admitirá este término en la próxima edición de su diccionario con el siguiente significado: Acción incorrecta que causa daño o perjuicio. Mientras tanto, si lo usamos, debemos hacerlo entrecomillado.
(2) El término pifia sí existe, pero significa “error, descuido”; así que tampoco “encaja” en el contexto planteado.