Me decido a escribir estas líneas a petición de mi querida amiga Soledad Arribas, madrina de mi hija Sole. Ella sabe de mi admiración por Miguel Delibes. Tengo en mi librería todos sus libros regalados y dedicados a mis padres o a mi marido y a mí. Conocí a Miguel un día que fui a ver a mis padres. Él estaba en el salón charlando con ellos. Me encantaba escucharle. Tenía un puntito irónico que me gustaba.
Cuando nació mi hija Sole, después de ocho años de diferencia con la tercera y cuando nadie la esperaba, le regaló El príncipe destronado. Esta es una anécdota que nos hizo mucha gracia.
Para nuestra familia fue un gran amigo y siempre le recordaremos con cariño y admiración.