Yo conocí a Delibes con 12 o 13 años, en un libro de lectura que teníamos ese año en el colegio. Me acuerdo de que el profesor era un fan total de Delibes y nos hablaba mucho de él, de sus libros. Yo no leía nada en aquella época. Ya un poco más mayor, con 16 años, llegó mi afición a la lectura y he leído bastantes de sus libros.
Tuve la fortuna, por mi trabajo, de ir a su casa y estrecharle la mano y de tener una breve charla. Era Navidad y estuvimos viendo el Belén de su casa y hablamos de cómo lo habían tuneado sus nietos. Y luego le hablé de uno de sus libros.
También tuve la oportunidad de verle durante sus paseos por el Campo Grande, algo a lo que yo también soy gran aficionado.