Aquí va el primer refresco lingüístico del veranito…
Tendemos a utilizar la coma para que nos sirva como pauta de lectura: aquí me paro, aquí no, etc. Pero el uso de la coma tiene sus normas y éstas no tienen por qué coincidir siempre con el ritmo oral de nuestro discurso.
Un ejemplo. Se escribe coma detrás de determinados enlaces como: esto es, es decir, a saber, pues bien, ahora bien, en primer lugar, por un/otro lado, por una parte, por otra parte, en fin, por último, además, con todo, en tal caso, sin embargo, no obstante, por el contrario, en cambio y otros similares, así como detrás de muchos adverbios o locuciones adverbiales como: efectivamente, generalmente, naturalmente, por regla general, etc.
Y, claro, si estos enlaces van en medio de la oración, coma delante y coma detrás.
Me estudié el prospecto al dedillo y, efectivamente, ese medicamento no es lo que necesito.
Ya no hay clase, es decir, ¡estamos de vacaciones!
En primer lugar, no creo que sea para tanto; y en segundo, no tiene solución.
Generalmente, desayuno a las ocho y media.