Se llegaron a contabilizar, ¡el colmo del mal uso de una forma impersonal!
En la oración impersonal, no hay ‘sujeto’ y el verbo adopta la forma de tercera persona del singular. Y como, en español, el verbo concuerda con el sujeto, es a todas luces una aberración hacerle concordar con el complemento directo; que es lo que hacemos cuando decimos cosas como la de «se llegaron a contabilizar doscientos treinta incendios».
Se llegaron a contabilizar doscientos treinta incendios.
Se llegó a contabilizar doscientos treinta incendios.