Semántica legendaria: Pírricamente o no, ¡ganar es ganar!

A finales del siglo III a. C., el rey Pirro (monarca de Epiro, al oeste de la periferia de Grecia) derrotó a los romanos en la batalla de Ásculo o Ascoli (Italia), aunque con muchísmas bajas en su ejército. Fue una victoria muy… ajustada, que hizo exclamar al propio rey: «Otra victoria como ésta y estamos perdidos». En español, el adjetivo «pírrico» define, según la RAE, aquello que «es obtenido o conseguido con mucho trabajo o por un margen muy pequeño».



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