Creo que somos muchos los que decimos y escribimos carrillón, para referirnos a las campanas que al sonar producen una melodía en vez de simples ‘campanadas’. Y no es que esté mal del todo, pero que conste que la palabra correcta es carillón.
Con carillón, la Academia ha terminado admitiendo el término extendido por la mala dicción popular; y asume carrillón (que es más sonoro, por otro lado). Lo mismo que pasó con albóndiga: la Academia terminó por admitir el término almóndiga, aunque calificándolo sutilmente de ‘vulg.’, que es evidente lo que significa.
Otro ejemplo de que la RAE sí está al cabo de la calle…