Escritores aficionados de entre 19 y 79 años escribieron un relato a mano y en menos de 4 horas con el tema ‘El rufián viudo’
El fantasma de la abuela de José Zorrilla no pudo conciliar el sueño hasta la 01:00 de esta madrugada del Día del Libro de 2016, cuando sus casi 50 invitados abandonaron su hogar. Y es que 46 escritores noveles se dieron cita en ella para participar en el V Concurso de Literatura Exprés, convocado por la Casa de Zorrilla de la Fundación Municipal de Cultura de Valladolid y Culturatic.
Un éxito de participación para un certamen habituado a la amplitud de las salas del LAVA y que por primera vez se celebraba en la casa-museo del poeta, lo que obligó a la Organización a restringir a medio centenar el número máximo de participantes. Algunas ausencias de última hora permitieron que incluso las personas inscritas en la reserva pudiesen, finalmente, participar en la convocatoria.
Como otros años, este concurso literario propone una experiencia de escritura en vías de extinción: enfrentarse a la hoja en blanco con un bolígrafo, cinco folios y una isla de diccionarios y obras de referencia. Sin móviles, sin tablets, sin ordenador, sin Internet. Un tema elegido entre diez por sorteo minutos antes de comenzar es el único punto de apoyo para el talento y la capacidad creativa de cada autor, que tiene menos de cuatro horas -desde las 21.30 del viernes a las 01.00 del sábado- para crear una pieza narrativa.
Tema, ‘El rufián viudo’
Don Miguel de Cervantes, con motivo del IV Centenario de su muerte, estuvo en la base de las propuestas de este año. Tras el sorteo, ‘El rufián viudo’, tema inspirado en el entremés ‘El rufián viudo llamado Trampagos’, fue el elegido por el azar, tal vez ayudado por la abuela Nicolasa. Después, cada cual empleaba su estrategia. Algunos escritores preferían salir a pasear por jardín a pensar su relato antes de empezar a trazarlo sobre el papel; otros anotaban frases sueltas para inspirarse; varios comenzaron por tomar un té o un café mientras la historia aparecía en su cabeza, y alguno comenzó por realizar algunos dibujos como método para esbozar la idea.
En esta noche que tiene algo de mágico y mucho de plurigeneracional, con las caligrafías exquisitas, cursivas y perfectas de algunos de los más mayores se mezclan los comentarios de los más habituados al teclado: “¡Es dificilísimo escribir a mano. Tengo que pasarlo todo a limpio!”. Entre los participantes, de entre 19 y 79 años, se encontraban algunos que no pueden optar a premio porque han resultado finalistas o ganadores en los dos años anteriores, pero no quisieron perder la ocasión. El lema del concurso, ‘¡Vive la experiencia!’, no está puesto en vano.
Los participantes eligen al ganador
Pero esa experiencia no terminaba esta madrugada. Los 46 participantes, más sus familiares, amigos y quienes lo deseen, tienen una nueva cita el día 6 de mayo en la Casa Revilla, donde voces profesionales leerán los 3 relatos que el jurado elija finalistas. Allí mismo, y con el habitual sistema de cartulinas de colores, los presentes decidirán cuál es el ganador, que recibirá como premio un lector de libros electrónicos.
Los tres finalistas, además, obtendrán lotes de libros, un pase anual para el Museo Patio Herreriano y dos entradas para el espectáculo que deseen de la nueva temporada del LAVA. Los demás participantes presentes en la votación optarán al sortero de un segundo e-reader. Los tres relatos quedarán publicados en este mismo portal web, ‘Valladolid en su Tinta’, plataforma de fomento de la literatura del Ayuntamiento de Valladolid.