De vez en cuando, nos asaltan dudas sobre palabras presuntamente familiares, conocidas y habituales en nuestros usos lingüísticos hablados y escritos. La duda suele dar paso a la desazón; y la desazón –después de la oportuna consulta al Diccionario–, a la sonrisa…
Dos ejemplos:
1. El autobús avanzó en rededor de la glorieta.
o
El autobús avanzó en derredor de la glorieta.
Existen las dos locuciones adverbiales: en rededor y en derredor; porque existen los sustantivos rededor y derredor. Así que nuestras dos oraciones son sinónimas y correctas.
2. Hay quien ve arte en los garabatos infantiles.
o
Hay quien ve arte en los garrapatos infantiles.
Existen los verbos garabatear y garrapatear, que son prácticamente sinónimos. Así que también las oraciones de este ejemplo son correctas.
¡Fuera dudas!