El escritor argentino afincado en Granada Andrés Neuman mantuvo ayer un encuentro con los lectores y asistentes a la Feria del Libro de Valladolid en torno a su última novela, Fractura, donde reflexiona sobre la huella que cada persona deja en los demás. La historia surge un 11 de marzo de 2011, cuando se produjo el terremoto en Japón que provocó la catástrofe atómica de Fukushima, un hecho del que el autor tuvo noticias París, donde residía entonces.
«Contemplé la nube como una realidad atroz en un suceso japonés visto en Francia, por parte de alguien educado en Argentina y que siente el duelo de lo que representa el 11-M en España, lo que me lleva a preguntarme ¿puedes estar realmente lejos de algo? Los amores y los idiomas nos conectan con otras lógicas y realidades», explicó.
Con esa premisa de fondo construye una historia en torno a un superviviente, el señor Watanabe, a través del relato de cuatro personas más próximas y los recuerdos que tienen de él. «Nunca terminas de saber lo que realmente está pensando de nosotros la persona que tenemos más cerca». Asimismo profundiza en cómo las compañías influyen en la forma de ser de cada persona.
Según resaltó en el encuentro conducido por el periodista de la Agencia Ical César Combarros, la narración se realiza en femenino y en primera persona para contar la historia a través de las parejas sentimentales del protagonista, un estilo que ya utilizó en su anterior obra y que, tras sentirse tan «gozosamente incómodo», ha querido repetir en Fractura.
Esta circunstancia de hablar por boca de personajes femeninos ha reconocido que requiere de un esfuerzo para el escritor, pero no mayor al que necesita un actor para interpretar un personaje. Así, el autor hispanoargentino cree que a través de la ficción «uno es consciente de lo ancha que es la realidad», ha expresado.