El “refresco”, que no falte. Y si nos hace sonreír, mejor que mejor.
Hay veces que cuando formamos un verbo a partir de un sustantivo, el subconsciente nos juega una mala pasada… He aquí un ejemplo.
De ternilla, desternillarse. Esto es, morirse de risa.
De tornillo, ¿desatornillarse? ¡No! De tornillo, desatornillar o destornillar, verbos transitivos pero no reflexivos, con el significado de dar vueltas a un tornillo para sacarlo del lugar donde está. Nada que ver con “partirse el eje”.