En la última semana los medios de comunicación se han hecho eco de una sorprendente noticia: en San Antonio, en Texas (EEUU), se abrirá próximamente una biblioteca pública que no tendrá ni un solo libro.
El centro contará con ordenadores para consultar las obras en formato electrónico y lectores digitales que los usuarios podrán llevarse, con los libros prestados, de forma temporal. Los habitantes de esta ciudad también tienen la opción de aportar su propio soporte digital para leer los libros electrónicos con los que cuenta la novedosa biblioteca.
La BiblioTech, como se ha denominado este proyecto, tendrá una financiación de 250.000 dólares para obtener 10.000 libros electrónicos y 100 lectores digitales que se proporcionarán a los usuarios en concepto de préstamo. En Estados Unidos ya se habla de que si la fórmula funciona se abrirán más bibliotecas digitales en otras ciudades.
¿Son las bibliotecas digitales una novedad? ¿Ha sido Estados Unidos el primer país en aplicar un proyecto de esta magnitud? La respuesta es no. No hará falta cruzar el charco para conocer el funcionamiento de una biblioteca sin papel. Valladolid ha sido ciudad pionera en llevar a cabo una biblioteca digital que ya está en funcionamiento.
En un post anterior de Valladolid en su Tinta os hablábamos de la nueva biblioteca virtual pública que en diciembre de 2012 se inauguraba en la capital vallisoletana. Este centro cuenta, un mes después de su apertura, con 7.000 ejemplares en formato electrónico que actualmente están a disposición de los usuarios de cualquier biblioteca pública de la ciudad de forma gratuita.
La biblioteca virtual de Valladolid ofrece la libre consulta de libros de forma ilimitada y la descarga en formato digital de 10 obras por un plazo de 14 días cada una. Además, como se dijo en la inauguración del centro, si la demanda es alta y el proyecto tiene éxito, no se descartará ampliar el número de títulos para facilitar a los lectores.
También en la comunidad castellana y leonesa, Bucle, Consorcio de Bibliotecas Universitarias de Castilla y León, integradas por las Bibliotecas Universitarias de Burgos, León, Salamanca y Valladolid, ha desarrollado una iniciativa cuya finalidad pasa por realizar una biblioteca con un fondo común digital. El proyecto abarataría costes al ser un servicio común entre esas cuatro bibliotecas y difundiría en acceso abierto las colecciones digitales de estas universidades.
Aumentan las iniciativas que apuestan por la digitalización de publicaciones y obras literarias para facilitar el uso y la consulta de los libros. Proyectos que han tenido también a Castilla y León como punto de partida.