El Museo Patio Herreriano de Valladolid acoge hasta el próximo 25 de junio la exposición ‘Picasso. El trazo y las letras’, una muestra que es posible gracias a la colaboración del Museo Picasso de Barcelona, el Museo Picasso Málaga, la Fundación Picasso/Ayuntamiento de Málaga, el Museo Picasso de Buitrago del Lozoya y la colección Quero Muñoz/Moyano Nieto.
En 2017 se cumple el centenario de la publicación de la primera monografía dedicada al artista, ‘Picasso y alrededores’, de Iván Aksiónov, una publicación que aparece en 1917 en la editorial CentriFuGa de Moscú. Hace, pues, un siglo de la primera edición de esta rara obra que abrió paso al esplendor del nombre del pintor malagueño en letra impresa, algo que, sin embargo, venía aconteciendo ya desde su lejana adolescencia coruñesa, cuando el nombre de Picasso vio la luz por vez primera en letras de molde en 1895.
Es este centenario, la excusa y el eje desde el cual se desarrolla la muestra ‘Picasso. El trazo y las letras’ es una conversación mantenida entre los que hablaron de él -tanto en monumentales como en discretas biografías y ensayos-, así como la respuesta que les dio el propio Picasso, haciéndolo frecuentemente con una labor silenciosa, ardua, mordaz y cautivadora.
Precisamente, es el mundo de la lectura, las vanitas heredadas del barroco, el universo de los poetas y de los novelistas, el de su interés por todo lo relacionado por la literatura en general, especialmente por los clásicos, lo que originó en Picasso -y también en quienes lo acompañaron- ese punto de inflexión, de intimidad medida que aparece en su producción. La mujer que lee en la privacidad familiar, el personaje leído, el artista que lee y que, a su vez, escribe, como se contempla en su propia obra teatral y poética editada, otorgan un espacio de atención sobre el pintor que, en palabras suyas, hubiera querido pasar a la historia como poeta. Por aquí se vislumbran tanto las conveniencias y gustos literarios de Picasso (Ovidio, Cervantes, Góngora, Balzac, Machado…) como aquellos autores con los que el artista dialogó y afirmó su relación a través de las colaboraciones (Max Jacob, Éluard o Césaire).
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Pablo Picasso y las letras
Pablo Picasso no escribió́ ningún libro de ensayo ni ningún tratado de pintura. Su pensamiento, sus aficiones, sus criticas y sus valores quedan profusamente plasmados en sus creaciones, la inmensa mayoría plásticas y una minoría escritas (poemas, piezas teatrales, cartas, dedicatorias). Para seguir la expresión verbal de su pensamiento, resulta inestimable recurrir al testimonio escrito de quienes le conocieron, de los estudiosos que le trataron, de los amigos que le quisieron.
Pero en su obra descomunal, junto a los problemas generales y artísticos, está siempre presente el hombre: Picasso, con sus vivencias personales, sus cóleras, sus dramas. En ella nos ha dejado el artista una apasionante confesión intima en más de veinte mil cuadros, grabados, esculturas, dibujos, ensamblajes y collages. Su vitalidad nunca desmentida le llevó a afrontar en su vida y en su arte toda clase de paradojas y contradicciones, manteniendo siempre una fidelidad última a sí mismo.
El Museo Patio Herreriano de Valladolid quería que Picasso fuera, de una manera original, protagonista de esta nueva etapa del centro. Y, coincidiendo con el centenario de la publicación de la primera monografía a él dedicada, se ha creado esta exposición. Aksiónov (1883-1935) fue el primero en escribir un ensayo crítico sobre Picasso, respuesta a la primera recepción en Rusia de su obra. La exposición ‘Picasso: el trazo y las letras’, además de un gran interés estético, destaca por su clara intención investigativa y didáctica: el mundo de Picasso y su relación con la literatura y los libros.
Recordando al admirado Santiago Amón, «Picasso ha sido el hombre feroz, implacable, ¡nmisericorde, que ha desmoronado, de norte a sur, el ventanal de la edad antigua para instaurar a partir del escombro del vidrio fracturado un semblante nuevo y un nuevo paisaje».
Horario de la exposición: de martes a viernes, de 11.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas; sábados, de 11.00 a 20.00 horas (ininterrumpido); domingos, de 11.00 a 15.00 horas. La sala permanecerá cerrada los lunes, excepto festivos, y domingos por la tarde.
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