Francisco Blanco Parra nos cuenta cómo conoció a Delibes

Allá por el año 1967 tenía yo 23 años y estaba en el bar “La Taquita” de Valdestillas (Valladolid), cerca de la estación, en una tarde otoñal de domingo, esperando a mi novia. Eran las cinco de la tarde y estaba charlando con el “Tío Pequero”, cuando entraron en el bar tres cazadores con sus escopetas y zurrones.

De los tres cazadores, uno era alto y flaco, con visera; otro algo más bajo y con algún kilo más; y el tercero más bajo y con hombros más anchos. Llevaban colgadas varias piezas de caza de sus cintos. Al ver entrar a los cazadores, el Tío Pequero se levantó y con la mano tendida les saludó y dijo: “¿Qué tal, Miguel, la caza?”. Y el tal Miguel respondió: “Ya puedes ver, hemos estado en Monte Blanco”.

Al domingo siguiente entré como de costumbre en el bar y pregunté al Tío Pequero por los cazadores del domingo anterior y si el más alto era don Miguel Delibes. Me contestó que sí y empezó a decir que él había sido el que le había enseñado a cazar.

Llegué a ver a don Miguel Delibes alguna vez en la calle Santiago y en la Acera de Recoletos, pero nunca cruzamos palabra alguna, salvo el día en que le conocí en el bar “La Taquita”.

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