Una noche de verano, en la Etiopía del siglo XIII, un pastor notó que sus cabras triscaban constantemente de un lado para otro, sin ninguna intención de echarse a dormir. A la mañana siguiente, el pastor se acercó a la ciudad de Kaffa para contarle lo sucedido a un monje sabio a quien conocía. El monje le pidió que le enseñara el lugar donde apacentaba a sus ovejas y, una vez allí, lo encontró unos arbustos repletos de flores blancas con pepitas amarillentas. Tomó unas muestras y preparó con ellas una infusión. Cuando los demás monjes la bebieron, experimentaron los mismos efectos que las ovejas: mente despejada y ausencia de sueño; y decidieron tomarla antes de las oraciones nocturnas. El remedio de Kaffa… El “café”, que según la RAE es una: «Bebida que se hace por infusión con la semilla tostada y molida del cafeto».