“Zarzuela” es uno de los diminutivos de la palabra “zarza”. El Palacio de la Zarzuela, en Madrid, lo mandó construir uno de los hijos de Felipe III, en un monte, el de El Pardo, lleno por entonces de pequeñas “zarzuelas”. En el palacio había un teatrillo para el entretenimiento del monarca y su familia y en este teatrillo se representó, en 1648, la obra El jardín de Felerina, de Calderón de la Barca, en la que se alternaban versos y música. Tanto gustó la representación, que otros autores comenzaron a escribir con este mismo formato y dieron en llamar sus obras “fiestas de zarzuela!”. Con el tiempo, la expresión quedó en “zarzuela”, término que según la RAE es una «Obra dramática y musical de origen español en que alternativamente se habla y se canta».