Hoy, un “refresco lingüístico” por gentileza de Emilio Gutiérrez Caba, a su paso por la Casa de Zorrilla. Se trata de un “refresco” que abunda en una popular fórmula de cortesía, de esas que utilizamos casi como una muletilla.
Si una persona se dirige a otra para elogiar la virtud de un tercero:
Querida Juani, la verdad es que tu hermana se ha convertido en una mujer hermosísima.
Y, por cortesía, añade, aludiendo a la tal Juani:
Mejorando lo presente…
Lo que está confirmando en realidad a la pobre Juani es que ella está hecha poco menos que un adefesio, en comparación con su hermana. Pero ¿no era el propósito exactamente el contrario; esto es, decirle a Juani que ella también es una mujer hermosa, para que no se sienta menospreciada ante el halago que se le dirige a su hermana? ¿Qué pasa aquí entonces?
Pues que la fórmula original, caballerosa y galante de esta expresión no es “mejorando lo presente” sino “mejorándolo lo presente”, que aplicada a Juani y a su hermana, sirve a la perfección para expresar: “Juani, tu hermana es guapísima, pero tú lo eres aún más”.
¿Menuda diferencia, verdad?