Y una vez superado el capítulo dedicado a la cursiva, adentrémonos en el mundo de las comillas. Las comillas sí son un signo ortográfico, así que la RAE toma las riendas del asunto.
En primer lugar, recordemos que existen tres tipo de comillas. Las “españolas” (« »), las inglesas (“ ”). y las simples (‘ ’). Deberíamos utilizar siempre las “españolas” y dejar los otros dos tipos para entrecomillar dentro de un entrecomillado.
Las comillas SÍ deben utilizarse para:
-Transcribir citas textuales.
-Señalar el carácter especial de una palabra o expresión (este uso lo comparten con la cursiva).
– Título de un artículo, un reportaje, un cuento, un relato, una canción, un poema… dentro de una obra compleja.
-Los apodos y alias que se intercalan entre el nombre de pila y el apellido (este uso lo comparten con la cursiva).
Las comillas NO se utilizan para:
-Nombres propios, acrónimos o siglas de otras lenguas (siempre en redonda).
-Enmarcar los títulos de las colecciones editoriales (siempre en redonda), de los libros sagrados (en redonda y con mayúscula inicial en las palabras significativas) o de sus partes (ídem.).
Retengamos esto. Sólo hay dos casos en los que podemos elegir entre cursiva o entrecomillado: para señalar el carácter “especial” con el que usamos una determinada palabra: y para identificar un alias o apodo, ente el nombre de pila y el apellido del sujeto.
No es para tanto…