Kiko de la Rosa: “O te adaptas a nuevas fórmulas o el público va a buscar otras alternativas” (2/2)

En la primera parte de esta entrevista, Kiko de la Rosa contaba que la creación de su centro cultural privado en Valladolid, GaLEERía, había tenido una importante labor en el fomento de la lectura infantil. Esa labor la trasladó a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México) -la FIL- en los dos años que participó con La letra i en un stand en el Área Internacional de la Feria. En este 2012, en la 26 edición de la FIL de Guadalajara, su papel ha sido el de espectador con un claro objetivo, aprender nuevas dinámicas y enriquecerse del intercambio cultural que se realiza en la reunión editorial más importante del mundo hispanohablante. Kiko de la Rosa regresa a España agotado pero satisfecho.

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara se funda en 1987 por iniciativa de la Universidad de Guadalajara. Es un espacio que da cabida al mayor intercambio cultural entre profesionales (editores, escritores, intelectuales, empresarios) y público en relación con el universo de la literatura. Tanto es así, que a día de hoy está considerada como el mayor mercado mundial de publicaciones en español. Durante los nueve días que dura la Feria participan en el encuentro unas 600.000 personas de todo el mundo.

Stand de La letra i en la FIL Guadalajara (México)

En pasadas ediciones de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara ha participado con un stand en el Área Internacional de la Feria. ¿Cómo vivió la experiencia?
Fue increíble. La labor de un profesional cuando va a la FIL el primer año es una locura. Estás trece horas en tu stand, atiendes a muchísimos profesionales, lectores, y a todo el público que esté interesado, en nuestro caso, en el fomento de la lectura. Requiere un esfuerzo físico y mental importante. Sin embargo, cuando salen las estadísticas y te dicen que en esos días han estado 600.000 personas en la Feria, y que probablemente bastantes más de la mitad han pasado por tu stand y se han interesado por tu trabajo, es muy gratificante. Además la gente agradeció que al dedicar nuestro espacio al fomento de la lectura infantil lo hiciéramos muy visual, con mucho colorido y actividades. De hecho, el pasado año nos dedicaron un reportaje sobre nuestro stand en Milenio, un periódico de gran relevancia nacional en México.

¿Qué sensación trae de la 26 edición de la FIL?
He podido asistir a encuentros de promotores de lectura, conocer gente dedicada a lo mismo que nosotros en diferentes países, ir a presentaciones de libros, o a coloquios con otros profesionales. Ha sido menos profesional, pero tengo la sensación de haber disfrutado del verdadero espíritu de la Feria. Quizás he aprendido más de esta forma. Además que acudir a todo lo que me ha interesado ha sido un lujo.

La edición digital es uno de los temas más debatidos de la FIL. En su opinión ¿cómo afectan las nuevas tecnologías al sector literario?
Para mí lo beneficia. Lo digital no sustituye, complementa unos servicios. Un libro en formato digital facilita que lo podamos leer en cualquier aparato que tenga sistema operativo y además con unos instrumentos específicos óptimos para la lectura. No creo que exista parte negativa, no creo que perjudique al sector, es un complemento, no va a provocar que se lea menos, sino que se haga en diferentes formatos.

Entonces, ¿la solución para permanecer en el sector literario es adaptarse a los nuevos soportes digitales?
Sí, de hecho las mayores empresas ya se han adaptado al nuevo medio. Es vital ofrecer el producto en formato papel y digital. Me atrevería a decir que ahora mismo más del 90 por ciento de las grandes editoriales te ofrecen también el producto en formato digital. Para mí todo son ventajas, pero o te adaptas a nuevas fórmulas o el público va a buscar otras alternativas.

¿Cómo es la representación de España en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara?
Allí una compañía española puede participar de diferentes formas. Hay un stand de España, del gremio de editores, hay comunidades autónomas que tienen su stand propio para promocionar sus libros y autores, otro que recoge todas las revistas culturales del país, y además las empresas pueden ir por su cuenta si quieren. En mi opinión, España, comparada con muchos países, tiene una gran representación que consigue promocionar de forma excelente nuestra literatura, aunque creo que tiene capacidad para participar con fórmulas más dinámicas. Realizar esa representación es un esfuerzo enorme, pero las posibilidades una vez allí son infinitas. Siempre digo que un lector antes de morir tiene que visitar esta feria porque son 24 horas al día de disfrute de la lectura y resulta muy enriquecedora.

La participación del público diferencia a la FIL. ¿Qué valor da a que editores, escritores y público interactúen?
La FIL es lo que es por su público, no se entendería una FIL a puerta cerrada. La Feria está hecha para que todo el mundo interactúe, independientemente de la edad, nacionalidad o gustos. Te pueden interesar los libros de filosofía, el último best seller, o la poesía más intimista, siempre vas a encontrar un espacio con el que disfrutar de la literatura. Ese es el secreto, el lector forma parte de la Feria.

¿Esa es la idea que os ha inspirado para crear GaLEERía?
Es posible. La idea también era introducir un espacio en donde el lector sea el protagonista, y quizá haber participado en la FIL, ver cómo la gente se mueve, exige, está acostumbrada a recibir unos servicios literarios determinados, nos ha dado la idea. Las comparaciones son odiosas y más en comparación con un evento cultural tan grande, pero probablemente la creación de este tipo de centro diferente y novedoso en nuestro país viene de ahí. No tiene sentido una editorial, un libro o unos personajes sin lectores, y a partir de esa premisa intentamos llevar a cabo nuestro proyecto.

 

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