Mi primer recuerdo de Delibes está unido a su libro El camino, que cayó en mis manos cuando era adolescente y, desde entonces, me ha acompañado. Después vinieron otras. Recuerdo las emociones vividas en el encuentro con Cinco horas con Mario, El príncipe destronado, La sombra del ciprés es alargada, La hoja roja, El hereje, y sobre todo Señora de rojo sobre fondo gris …y los diálogos con mi hermana. A él le debo, junto con otros grandes, mi pasión por la lectura, porque, sin duda alguna, es uno de los grandes. Mi premio Nobel.