Un refresco lingüístico de comillas y cursivas

Hay mucha literatura (y muy farragosa) en torno al asunto de la utilización de la cursiva y las comillas. Hemos intentado esquematizar unas pautas sencillas al respecto…

Básicamente, la cursiva se utiliza para transcribir en un texto:

– los extranjerismos, citas en otras lenguas, latinismos y locuciones en latín (sin adaptar al español)
– las palabras o expresiones utilizadas con sentido figurado o impropio y no con su significado real
– los apodos y sobrenombres que van entre el nombre y el apellido (los demás no)
– los títulos de libros, discos, revistas, cuadros, películas y series de televisión y obras de teatro
– los nombres científicos de las especies

¡Ojo! Cuando técnicamente no es posible utilizar la cursiva, se utilizan las comillas. Aunque, además de esto, las comillas tengan sus propios usos específicos:

Básicamente, las comillas se utilizan para transcribir en un texto:

– las citas textuales dentro de un texto corrido (no en forma de diálogo)
– los pensamientos de los personajes, en las obras literarias
– las palabras o expresiones utilizadas con sentido impropio, vulgar o irónico y no con su significado real
– los títulos de artículos, poemas, capítulos de libros y reportajes.

¡Ojo! Como veis, el “uso” marcado con la flecha en estas enumeraciones es compartido, grosso modo, por la cursiva y las comillas. Por lo tanto, somos libres de utilizar la una o las otras…

Me temo que no se puede resumir más… Paciencia…

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