Un libro siempre deja una especie de llama en el corazón, una huella en en el camino de la vida. Como un fénix que renace de sus propias cenizas. Un libro siempre enseña y acompaña. Abraza y ayuda a comprender el entorno y el propio ser.
Un libro es una historia, un fin y un comienzo. Una porción de tiempo real o ficticio que se detiene para siempre y encierra pedacitos de alma.
Pero lo importante de un libro no es su historia, sino -como sostuvo Unamuno- su infrahistoria, que va más allá, y trata de dilucidar cómo los hechos afectan a las personas. Las consecuencias.
Un libro siempre es un viaje de madurez en el que conviene dejar a un lado la rigidez mental. Una aventura de papel.
Un viaje por la historia, analogías entre distintas épocas, libros, palabras, cultura, reflexión, vida… Así transcurrió el último encuentro literario de ‘Los Desayunos de la Biblioteca’ en la Casa Zorrilla, con el escritor Asier Aparicio.
Y con una frase de este autor se cierra este ‘Jardín de las Palabras’:
“La crisis es un momento de poner a prueba tu vida”.